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La ciencia acaba de descubrir la Iridología

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La ciencia acaba de descubrir la Iridología y hablan de poder diagnosticar el TDAH en bebés: ¿puede el iris revelar un diagnóstico?

En los últimos meses, han circulado en redes sociales y foros de salud noticias que sugieren que la iridología, una práctica alternativa basada en el análisis del iris, podría ser útil para detectar el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en bebés. Sin embargo, la comunidad científica y médica advierte sobre la falta de evidencia y los riesgos de confiar en métodos no validados para el diagnóstico de este trastorno.

¿Qué es la iridología?

La iridología sostiene que los patrones, colores y características del iris reflejan el estado de salud general y pueden indicar la presencia de enfermedades. Sus defensores afirman que, observando el iris con una lupa o cámara especial, es posible detectar desequilibrios en órganos y sistemas, incluso en bebés.

El diagnóstico del TDAH: un reto clínico

El TDAH es un trastorno neurodesarrollativo complejo que afecta a la atención, la impulsividad y la hiperactividad. El diagnóstico en niños pequeños, y especialmente en bebés, es sumamente difícil y requiere de una evaluación clínica exhaustiva. Los protocolos médicos actuales recomiendan una exploración física completa, entrevistas con padres y educadores, pruebas de atención y, en algunos casos, estudios complementarios como electroencefalogramas o resonancias magnéticas. No existe ninguna recomendación oficial que incluya el análisis del iris como herramienta diagnóstica.

¿Qué dice la ciencia sobre el ojo y el TDAH?

Si bien existen investigaciones recientes sobre la relación entre ciertos movimientos oculares y el TDAH, como el estudio de la vergencia ocular que ha mostrado diferencias en la forma en que los niños con TDAH fijan la mirada ante estímulos visuales, estos avances se centran en el comportamiento visual y la actividad cerebral, no en la estructura o el color del iris. Los resultados de estos estudios permiten discriminar entre niños sanos y con TDAH con alta precisión, pero se basan en tecnología de rastreo ocular y algoritmos de inteligencia artificial, no en la iridología tradicional.

Riesgos de métodos no validados

Expertos y asociaciones de familias con TDAH insisten en la importancia de acudir a profesionales cualificados y confiar en métodos diagnósticos validados. Utilizar la iridología para intentar diagnosticar TDAH en bebés puede retrasar la detección real del trastorno y el acceso a intervenciones eficaces, además de generar ansiedad y confusión en las familias.

El director del Instituto Andaluz de Neurología Pediátrica recuerda que el diagnóstico de TDAH se basa en criterios clínicos, entrevistas y pruebas neuropsicológicas, y que no existen pruebas físicas ni de imagen —ni mucho menos análisis del iris— que permitan diagnosticar el TDAH en bebés.

La importancia del diagnóstico profesional

La detección precoz y el tratamiento adecuado del TDAH son fundamentales para mejorar el pronóstico de los niños afectados. Por ello, los especialistas recomiendan no dejarse llevar por métodos alternativos sin base científica y acudir siempre a pediatras, neurólogos o psicólogos infantiles ante cualquier sospecha de TDAH.

En conclusión, no existe evidencia científica que respalde el uso de la iridología para diagnosticar TDAH en bebés. La mejor garantía para la salud de los más pequeños sigue siendo la consulta con profesionales y la aplicación de protocolos clínicos reconocidos.

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